Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

sábado, 13 de octubre de 2007

La última semana ha sido mala

La última semana ha sido mala. Me he encontrado casi todos los días con molestias y dolores estomacales, con gases… El martes acudí al doctor, que tras hacerme una exploración de tórax, espalda y vientre, me dijo que lo que está sucediendo es normal, la reacción lógica del organismo a las sesiones de quimioterapia y al tratamiento contra la hepatitis, que tenga calma, que todo se va desarrollando según el protocolo y que hay que dar tiempo al tiempo.
Las analíticas empiezan a mostrar mejoría en los diferentes marcadores hepáticos alterados. No sabemos nada del linfoma. Para dentro de diez días está programada la siguiente sesión, y en noviembre, un nuevo PET-TC, la “fotografía de cuerpo entero” que aportará información sobre la actividad metabólica, en este caso, del linfoma.

Desde el inicio de mi enfermedad allá por el mes de julio y la intervención de extirpación de los ganglios cervicales, que tras su análisis arrojaron el diagnostico conocido, me he hecho un habitual del hospital, al que acudo semanalmente varios días. No me gustan los hospitales. Según voy conociendo el sistema sanitario que tenemos, que creo sólo se diferencia en el acento y su nombre, dependiendo de donde vivas, más pánico me da. Llevo mal la cantidad de tiempo que nos hacen perder en esperas interminables para todo, el trato deshumanizado a los pacientes, la burocracia y el papeleo. Me han visto ya cinco o seis especialistas. El último de digestivo, tras leer el informe clínico que le entrego, me dijo que le parecía bien ponerle cara a un paciente del que desde hace semanas tenía referencias en su servicio por la complejidad de su enfermedad y tratamiento. ¿Qué pensar de este tipo de comentarios?. ¿Lo hace para hacerse el gracioso, para mostrar que lo tiene todo controlado o que no tiene ni puta idea de lo que tiene entre manos?.

No es que no me fíe, pero creo que determinadas actitudes y comentarios deberían ahorrárselos. La mayor parte de ellos son jóvenes profesionales, entiendo que perfectamente capacitados, con brillantes expedientes y con un importante bagaje en experiencia. Pero hay una cosa que no conocen que se llama empatía, fundamental para que el paciente se encomiende plenamente, se sienta seguro. Los médicos que conozco no se mojan, mantienen una actitud distante, de escasa implicación con el paciente y huyen de los pronósticos. Esto y la opinión de algunos conocidos que han pasado por circunstancias parecidas me han inclinado a solicitar otro diagnóstico. Estoy convencido. Lo voy a hacer. Esperaré hasta el mes de noviembre cuando se disponga de más información sobre la evolución de la enfermedad. Con ella y con el conocimiento de los especialistas que me atienden, buscaré la opinión de otros profesionales que confirme o contradiga mi situación y el procedimiento médico que sigo.