Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

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martes, 20 de noviembre de 2007

El SESCAM y el Hospital de Talavera


Llevo unos días, aparte de castigado y mermado físicamente, perplejo por los acontecimientos que estoy viviendo en el Hospital de Talavera de la Reina (Toledo) dependiente del ya no sé como llamar Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM).

Hoy he ido, como casi todas las semanas, al Servicio de Hematología a hacerme los correspondientes análisis previos a la sesión de quimio, que tampoco ha podido ser, y van tres las semanas de retraso, por estar bajo de defensas. ¡Vuelva usted la próxima!

Lo que he visto, oído y padecido hoy es distinto a lo vivido en mis escasos tres meses de relación hospitalaria, y añade elementos nuevos para un mejor conocimiento del incompetente y mal gestionado SESCAM.
Para empezar llegas a las nueve menos cuarto, ¡joder! esto está hoy de lujo, no hay apenas gente. Te extraen la sangre rápido. En menos de una hora la analítica debería estar realizada, disponible y tomada la decisión por el facultativo sobre si hay tratamiento o no. Te sientas en la sala de espera junto a dos pacientes más. Llegan las diez y no hay noticias. Te das un paseo hasta la cafetería. Las diez y media, nada. Las once, más de lo mismo. La sala ya a rebosar. Las doce, nada. Maldita mi suerte. A las doce y media, harto de esperar te sales al pasillo. Casi a la una te llaman a consulta, y ¡sorpresa!, te atiende una nueva doctora que ni se presenta y te dice que no hay sesión, además, a las horas que son, imposible, ya que el Hospital de Día cierra a las tres.

Pero doctora ¿me puede explicar que es lo que está sucediendo? A sí, perdone, pues que de cinco médicos adscritos al servicio de hematología que había sólo quedo yo para atender todos los servicios del hospital (planta, urgencias, sintrón, consulta..). Dos colegas se han ido, otros dos están de baja, la próxima semana habrá una nueva incorporación, y las restantes, hasta cubrir las plazas, en el mes de ¡febrero!. Esto es lamentable, pero es lo que hay, no podemos hacer nada, a este hospital no quiere venir nadie.

¡Trágame tierra! Haces memoria y compruebas estupefacto que desde el mes de junio, has pasado ya por cuatro hematólogos distintos. Tu historial, el que hoy te han entregado actualizado, sigue firmado por doctores ¡que ya no pertenecen al SESCAM!. Preguntas por la prueba del PET-TAC que se hace a mitad del proceso de sesiones de quimio, solicitada hace más de un mes, para comprobar la carga tumoral y eficacia del tratamiento. No se sabe nada.

Te sales del hospital casi a las dos cabreado y hundido, ¿por qué esa sensación ya casi habitual en todas las visitas, cuando están para todo lo contrario?, con el formulario de reclamaciones y quejas bajo el brazo para cagarte en sus muertos, y apesadumbrado, porque tienes que ponerte tres inyecciones, las de mejorar las defensas, que no toleras, que te dejan como unos zorros y supondrán unos próximos días de absoluto abatimiento.

¿Qué hacer? No lo sé, ahora estoy empanado, seguiré dándole vueltas al asunto en días venideros. Eso sí, no me quedaré callado y actuaré, porque lo que realmente está en juego es mi salud y mi vida, y nadie, nadie, debe jugar con ellas, ni con las de nadie, como lo están haciendo.