Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

sábado, 26 de julio de 2008

Hasta la próxima


Ayer tuve la oportunidad de compartir mesa, charla y unas horas con algunos compañeros y compañeras de trabajo de Toledo y Alcázar de San Juan que vinieron a verme al pueblo. Comimos en la piscina paella, conejo y cochifrito. El buen vino, con el que sólo mojé los labios un par de veces, lo trajo Santi, uno de los entendidos de la casa en la materia, que estaba a mi lado e insistió que lo probara y diera opinión. Buena como siempre la elección.

Nos juntamos unos diecisiete, despachamos bien la pitanza porque a esas horas tardías el hambre aprieta, y después de los postres y cafés, quien quiso se dio un chapuzón en las aguas templadas de la piscina, que por ser feriado el día en Madrid, estaba más llena de personal de lo habitual, sobre todo chiquillería y mozalbetes peleones.

De este tipo de piscinas y aglomeraciones siempre he huido como de la pólvora. Ahora llevo unas semanas que no falto a la cita diaria, incluido fines de semanas pero a horas en las que hay poca gente. El agua me espabila, me tonifica, y las tablas de ejercicios que hago dentro de ella (caminar, estiramientos, giros…) me ayudan mucho a recuperar la movilidad perdida tras el mes de hospitalización y a soltar el agarrotamiento muscular.

Todos y todas coinciden en que estoy mucho mejor de aspecto. En unos casos comparando con la última vez que me vieron en Navidad, y los demás, en relación al mes de mayo. Es así, estoy recuperándome poco a poco, mejorando día a día. He ganado peso y además las noticias médicas, salvo por la afección del sistema neurológico periférico tocado también por la quimio, son buenas.

Encontrarnos así, hablar de todo un poco y de nada, recordar acontecimientos pasados, hacer confidencias y algún que otro chascarrillo, repasar lo de ahora y lo venidero, para mí y seguro que para el resto, es gratificante. Las veces que han ocurrido estas reuniones, algunas desde el inicio de la enfermedad, me han venido moralmente muy bien, ya que aparte del apoyo y solidaridad que recibes, entras en una dimensión distinta a la pura relación de tipo laboral que has mantenido habitualmente con los compañeros y compañeras. Es importante, siempre que se pueda, claro, que las empresas se vayan dando cuenta de ello como así ocurre. Detrás de los planes estratégicos, de actuación, objetivos, tareas, viajes, el día a día… hay personas a las que les vienen muy bien este tipo de actividades u otras similares.

Cuando doy las gracias por ello, por el constante apoyo que me llega en la lucha contra la enfermedad, no me pongo ñoño ni es síntoma de debilidad, creo que es un simple gesto de correspondencia a lo que recibo. Para vosotros que estáis conmigo: Andrés, Paqui, Ana Mª, Fran, Jennifer, José Luis, Juan Miguel, Sergio, Raquel, Cristina, Susana, Santiago, Pedro, Enrique, Alicia, Bienvenido…, deciros que es un placer teneros como compañeros y algo amigos. Para terminar y no resultar pesado, la guinda de mano de la madraza Alicia: “Nos vamos a acostar, que los invitados se quieren ir”.

martes, 22 de julio de 2008

El mago del ladrillo


Por este artículo, publicado en una revista de la asamblea de Izquierda Unida (IU) de Seseña (Toledo), la titular del juzgado número 4 de Illescas (Toledo) reclama al alcalde y a cuatro ex concejales de la formación política una fianza de 133.333 euros debido a la querella presentada por el constructor, Francisco Hernando, conocido como 'El Pocero', solicitando el embargo de los bienes particulares y cuentas de las mencionadas personas:

“A semejanza de lo que ocurre en el resto de España, donde se está construyendo un tercio de toda la vivienda nueva de Europa, en Seseña ha fijado sus ojos de águila un mago del ladrillo.

Y tiene explicación si convenimos que Seseña posee una buena comunicación por carretera, un amplio término municipal y un pequeño grupo de políticos de principios débiles y moldeables. Características todas ellas que, en conjunto, reproducen el hábitat ideal para llevar a cabo negocios inmobiliarios en breves plazos de ejecución. Dinero rápido en sencilla mezcla con ningún escrúpulo y apoyo de altas instancias políticas y financieras.

El esquema de trabajo de estos magos del ladrillo empieza a ser conocido con asuntos tales como el caso Marbella; buscan suelo barato, rústico o zona verde, controlan los poderes políticos para que aprueben y recalifiquen según sus necesidades, compran voluntades ofreciendo mucho trabajo en el entorno y cuando terminan, más pronto que tarde, se marchan a la búsqueda de un nuevo lugar, dejando en su camino: un ingente cúmulo de despropósitos urbanísticos, medioambientales, sociales, de resolución costosa y difícil que siempre corresponde a otros gestionar y a los nuevos vecinos padecer: La corrupción política y personal que genera desconfianza en el futuro, el trabajo en precario y temporal que deja un grosero rastro de accidentes laborales, el negocio inmobiliario que facilita el mercado de dinero negro, la falta de servicios, la desestructuración social de los pueblos, entre otros.

Ese panorama se repite allí donde estos virtuosos magos del ladrillo ponen su objetivo y Seseña ha sido seleccionado: El Quiñón, Residencial Francisco Hernando, núcleo separado por cuatro kilómetros del casco urbano y con 13.000 viviendas en altura de 10 pisos, 75 viviendas por hectárea cuando nuestra media es de 30, sin compromisos firmes de la Administración Regional para dotaciones y equipamientos, es prueba fehaciente de lo que decimos.

Pero se ha encontrado el mago resistencias en Seseña y por serie inesperadas, de más difícil resolución. Su primer problema es el gobierno municipal, y reconocemos que sabe cómo manejarse utilizando dos métodos familiares en su trayectoria empresarial: la compra de votos, de voluntades políticas y la utilización descarada de sus medios de comunicación particulares. Los políticos y vecinos de Boadilla del Monte y Villaviciosa de Odón saben a qué nos referimos.

En Seseña compra los votos más fáciles: dos concejales y un familiar directo del portavoz de una parte de la oposición están en la nómina de ONDE 2000, su Empresa de construcción. Al resto les apoya con descaro en su camino hacia las próximas elecciones. Reconozcamos también su falta de imaginación. En los medios de comunicación tiene planes de futuro: radio y televisión y realidades que ya utiliza: su periódico La Voz de La Sagra, en el que podemos comprobar que no existe la voz del Alcalde o del gobierno municipal en las crónicas de los plenos o en las entrevistas a políticos locales, simplemente se excluye por censura interesada.

Y su segundo problema es el grupo político que forma el gobierno municipal: Izquierda Unida, a quienes sabe que no es posible comprar o moldear. Desconoce este mago del ladrillo la realidad de nuestro grupo político y cabe hoy descubrirle, para que se instruya, que nuestro método de funcionamiento interno impide a ningún cargo de IU decidir distinto a lo que acuerda la Asamblea, cabe decirle que las decisiones (acertadas o no) se toman por el colectivo y que no sirve acosar a nuestros alcaldes y concejales en la búsqueda de su mejor manejo, simplemente porque los cargos públicos de IU sólo son manejados por las y no caben por tanto compras ni oscuros tratos en su recorrido y su gestión.

Y nos quiere convencer con su prensa interesada, su Voz en La Sagra, que nuestro alcalde en Seseña engaña a su Asamblea al votar en contra del desarrollo urbanístico del Quiñón y acto seguido, dice su Voz, agiliza su gestión en la Consejería correspondiente. El Quiñón se aprobó, esto si lo sabe, con los votos sumados del PP y PSOE, felizmente ahora en la oposición.

Y hay que decir que la apuesta urbanística del gobierno municipal de IU en Seseña sigue siendo firme, hasta ahora, en esta legislatura no se ha recalificado ni un solo metro de suelo en todo el término de Seseña y los planes, las directrices urbanísticas en las que estamos trabajando, habrán de servir para contener, más que para crecer, con el objetivo conocido de unir todas las áreas urbanas ahora dispersas, Seseña, Seseña Nueva, Vallegrande,...

Y ahora, además, gracias al abracadabra del mago del ladrillo y sus colaboradores, habrá que contar con los nuevos vecinos del Quiñón. Bienvenidos todos. ¡El mago, no!”

http://sebasmartinrecio.blogspot.com/

miércoles, 16 de julio de 2008

Retroceder más de un siglo, la Directiva indigna


El pasado 9 de junio, los ministros de Trabajo de la Unión Europea, sin ningún voto en contra, aprobaron la propuesta de modificación de la actual Directiva sobre ordenación del tiempo de trabajo, que ahora deberá pasar por el Parlamento Europeo para su aprobación definitiva. La modificación de la directiva autoriza a los Estados miembro a cambiar sus leyes para permitir alargar la jornada semanal de trabajo hasta las 60 horas (o 65 en el caso de colectivos como el sanitario o bomberos, los descansos dejan de considerarse tiempo de trabajo). Como el límite de las 60 horas es, además, una media trimestral, la jornada real podría prolongarse hasta las 78 horas semanales (en una semana determinada). En el caso de contratos de menos de 10 semanas, no habrá ni siquiera estas “limitaciones”.
La Directiva también permite fijar por ley que la jornada semanal “normal” (de hasta 48 horas) sea considerada como una “media anual”, de manera que el trabajador estaria permanentemente a disposición de la empresa y que las horas extras, festivos…, pasarían a ser consideradas como horas ordinarias. Este brutal atropello quieren llevarlo a cabo, además, mediante acuerdos individuales trabajador-empresa, al margen de los convenios colectivos y la representación sindical de los trabajadores, atancando una de las mayores conquistas de la lucha de los trabajadores y trabajadoras: su derecho a la representación y a la negociación colectiva, lo que flagrantemente vulnera el derecho constitucional español.
En 1919, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), después de una larga lucha del movimiento obrero internacional por las 8 horas diarias, oficializó la jornada máxima de 48 horas. Ahora, incomprensiblemente, la Unión Europea, quiere que el mundo laboral, retroceda más de un siglo, mediante la instauración de jornadas “legales” de 10 a 12 horas y seis dias por semana. Estas “cabezas pensantes” son las mismas que quieren alargar la edad de jubilación a los 70 años, minimizar e ir acabando con las conquistas sociales y ahondar en la senda de la privatización de los servicios públicos. La gris y burócrata Unión Europea, la mayor parte de los gobiernos europeos (derecha, laboristas ingleses, socialdemocracia alemana, etc.), como ya lo ha hecho en otros asuntos y materias, demuestran una vez más estar al dictado de los intereses del gran capital europeo, señalando amenazadoramente el destino que espera a los trabajadores y a los sectores populares.
En esta tesitura no es de extrañar que Irlanda hayan dicho NO al Tratado de Lisboa, como antes Francia y Holanda, a la propuesta de Constitución neoliberal y antisocial. El actual gobierno de España ha dicho que no es de su gusto la Directiva, pero no quiso votar en contra de la propuesta en la reunión de ministros europeos. El Gobierno Zapatero y los europarlamentarios españoles deberían mostrar, sin paliativos, un rechazo y repudio inmediato a esta Directiva que nos quiere hacer retroceder en la historia e hipoteca el futuro laboral de las nuevas generaciones.

lunes, 14 de julio de 2008

El plantador de dátiles


En un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo ELIAHU de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras. Su vecino HAKIM, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a ELIAHU transpirando, mientras parecía cavar en la arena.

- Que tal anciano? La paz sea contigo.
- Contigo- contesto ELIAHU sin dejar su tarea.
- Que haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos?
- Siembro- contesto el viejo.
- Que siembras aquí, ELIAHU?
- Dátiles -respondió ELIAHU mientras señalaba a su alrededor el palmar.
- Dátiles!!!- repitió el recién llegado, y cerro los ojos como quien escucha la mayor estupidez.
- El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor.
- No debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos...
- Dime, amigo: Cuantos años tienes?
- No se... sesenta, setenta, ochenta, no se... lo he olvidado... pero eso que importa?
- Mira amigo, las datileras tardan mas de 50 años en crecer y recién después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojala vivas hasta los 101 años, pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo.
-Mira Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar esos dátiles. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto... y aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.
-Me has dado una gran lección, ELIAHU, déjame que te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste - y diciendo esto, HAKIM le puso en la mano al viejo una bolsa de cuero.
-Te agradezco tus monedas, amigo. Ya ves, a veces pasa esto: tú me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara. Parecía cierto y sin embargo, mira, todavía no termino de sembrar y ya coseche una bolsa de monedas y la gratitud de un amigo.
-Tu sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda gran lección que me das hoy y es quizás más importante que la primera. Déjame pues que pague esta lección con otra bolsa de monedas.
- Y a veces pasa esto -siguió el anciano y extendió la mano mirando las dos bolsas de monedas-: sembré para no cosechar y antes de terminar de sembrar ya coseche no solo una, sino dos veces.
- Ya basta, viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas tengo miedo de que no me alcance toda mi fortuna para pagarte...

Cuento: Jorge Bucay, Déjame que te cuente. De un cuento sefardí de Leo Rothen's Jewish Treasury.

viernes, 4 de julio de 2008

El precio del petróleo y lo que pagamos


Comparativa del precio del barril de petróleo y precio del litro de gasóleo

Año 2000

Cambio U.S. Dólar $ - Euro €: 1,2
Precio barril de petróleo: 60 $ = 72,00 €
Precio de 1 litro de gasóleo: 0,65 €/Lt.

2 de Junio de 2008

Cambio U.S. Dólar $ - Euro €: 0,643
Precio barril de petróleo: 125,57 $ = 80,74€
Precio de 1 litro de gasóleo: 1,308 €/Lt

Subida precio del barril de petróleo de 72,00 € a 80,74 € = 11,21 %
Subida precio del litro de gasóleo de 0,65 € a 1,308 € = 100,12 %

Algunos enlaces con noticias de interés sobre el asunto:





Curso básico de Bolsa


Una vez llegó al pueblo un señor muy bien vestido, se instaló en el único hotel que había y puso un aviso en la única página del periódico local, que estaba dispuesto a comprar cada mono que le trajeran por 10 €.


Los campesinos, que sabían que el bosque estaba lleno de monos, salieron corriendo a cazar monos. El hombre compró, como había prometido en el aviso, los cientos de monos que le trajeron a 10 € cada uno sin chistar.


Pero, como ya quedaban muy pocos monos en el bosque, y era difícil cazarlos, los campesinos perdieron interés, entonces el hombre ofreció 20 € por cada mono y los campesinos corrieron otra vez al bosque.


Nuevamente fueron mermando los monos y el hombre elevó la oferta a 25 €, y los campesinos volvieron al bosque, cazando los pocos monos que quedaban, hasta que ya era casi imposible encontrar uno.


Llegado a este punto, el hombre ofreció 50 € por cada mono, pero, como tenia negocios que atender en la ciudad, dejó a cargo de su ayudante el negocio de la compra de monos.
Una vez que viajó el hombre a la ciudad, su ayudante se dirigió a los campesinos diciéndoles:


- Fíjense en esta jaula llena de miles de monos que mi jefe compró para su colección. Yo les ofrezco venderles a ustedes los monos por 35 € y cuando el jefe regrese de la ciudad, se los venden por 50 € cada uno.


Los campesinos juntaron todos sus ahorros y compraron los miles de monos que había en la gran jaula y esperaron el regreso del 'jefe'.

Desde ese día, no volvieron a ver ni al ayudante ni al jefe. Lo único que vieron fue la jaula llena de monos que compraron con sus ahorros de toda la vida.


Ahora ya tienen ustedes una noción bien clara de como funciona el Mercado de Valores y la Bolsa.

¡ VERGUENZA !






















miércoles, 2 de julio de 2008

Relatos de juventud


La pepita de manzana

La maciza mesa formaba un todo uniforme. El viejo mantel amarillo y blanco pendía de cada esquina con formas redondeadas y dobleces. Sobre él quedaban algunos restos de la comida: migajas de pan, tres servilletas en sus respectivas argollas amarilla, rosa y blanca, y otras cosas sin importancia.

Ahora en la sobremesa vendría el café, y tal vez algo de conversación, o solamente revolverían lentamente con las cucharas, evitando con movimientos pausados, el derrame de las tazas colmadas.
Seguramente los tres intercambiarían miradas de indiferencia, de lástima por una juventud perdida y una madurez aún más, y se sumergirían en los recuerdos de una guerra pasada, en los años difíciles del contrabando en los que se amasó una pequeña fortuna, en la clandestinidad, o simplemente en nada.

Más tarde la madre se levantaría a fregar la vajilla, mientras los otros, seguirían sumidos en sus pensamientos. Para Ivan aquel día lluvioso y gris las cosas no habían transcurrido como de costumbre, había algo raro en el ambiente. Permanecía ensimismado revolviendo lentamente la pequeña taza. Enfrente, su padre, intentando hacer algo sin conseguirlo. Desde la cocina se oía el tintinear suave y otras veces violento de la vajilla, que se confundía con el chorro de agua que caía sobre el fregadero.

Ivan tomó lentamente la taza, sorbió un trago de cortadito y volvió a depositarlo sobre el platillo. Por el pasillo se oyeron los pasos arrastrados de su madre que regresaba de la cocina. Supuso enseguida la escena que se avecinaba, la canción de todos los días, le recriminaría por volver a manchar el mantel: ¡Podrías tener un poco más de cuidado!. Iván callaría por respuesta.

Para evitar nuevas manchas la madre retiró el mantel, levantó la taza y volvió a ponerla sobre el hule multicolor que cubría la mesa. En ese movimiento Ivan creyó ver caer algo en el interior de la taza y preguntó:
- ¿Qué ha sido eso?,
- ¡De qué me hablas!, respondió cortantemente la madre.

No conforme, sondeó con la cucharilla el fondo de la tacita. Nada. Por fin se decidió acabar de otro sorbo el cortadito, y pudo comprobar que en el fondo de ella, quedaban restos de azúcar y una pepita de manzana que antes no estaba. Se sentía confuso, por su mente en segundos pasaron escenas de películas de espías e intriga, de envenenamientos, de las comidas del cuartel en período de instrucción militar a las que se sospechaba añadían algo para mantener a la tropa tranquila…

Rápidamente se levantó y dirigió sus pasos hacia la cocina. Necesitaba una explicación. Para él ninguno de los comentarios recibidos por parte de su madre eran convincentes: que si podía haber caído de un plato, de una manga a la que se hubiese adherido… Ella no disponía de más argumentos. Además empezaba a preocuparse por la actitud que mostraba su hijo, que muy alterado, exigía cuentas de algo tan banal. En un momento de la situación cometió el error de decirle a su hijo:
- ¡Fanático, eso es lo que eres!. No se puede juzgar a tu madre como lo estás haciendo por una tontería.
- ¡Y tú mentirosa!, le espetó Ivan.

Ella aún más inquieta comprobó que su hijo estaba colérico y su cuerpo en tensión. Temía que en cualquier momento iba a suceder algo desagradable, como así ocurrió. Su hijo iracundo se abalanzó sobre su diminuta y flácida figura, sintió como unos gruesos dedos apretaban su cuello y la asfixiaban. Tras un violento zarandeo su cuerpo, que en su juventud había sido de armoniosas líneas, caía sin fuerzas al suelo.

En su cuello rugoso quedaron las huellas del estrangulamiento; la cara inicialmente embotada de sangre dio paso a un color blanquecino; los ojos desaparecieron, huyeron, permaneciendo en blanco, desmesuradamente abiertos y hundidos.

Con la mirada fija en algo y de rodillas sobre el grasiento suelo de la cocina fue sorprendido por su madre:
- ¿Qué es lo que haces? ¡Imbécil! Levántate del suelo…
- Nada, buscaba…, balbuceo Ivan, que enseguida volvería a ser el estúpido y a la rutina de siempre.