Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

jueves, 2 de abril de 2009

La pobreza en España


Circula en Internet una especie de alegato –también lo he visto en versión peruana y argentina-, que niega la existencia de pobreza en España. Para ello su autor anónimo, compara la situación de los españoles de a pié con los del Estado de Florida en los EE.UU., supongo que igualmente encuadrados en la categoría de pinrel.

El incógnito se sorprende que osemos llamarnos pobres en España cuando pagamos por la gasolina, por ejemplo, tres veces más su valor que en su país, asunto que dice ocurre de la misma forma con las comisiones bancarias o las de la tarjetas de crédito o nos permitimos el “lujo” de soportar tarifas eléctricas y telefónicas (fijas o móviles) un 80% más elevadas.

Para darnos envidia o quizás provocarnos algo de coraje afirma que en su Florida si que son pobres de verdad, tanto, que el gobierno federal, teniendo en cuenta su precaria situación económica sólo aplica un IVA del 6%, no como aquí del 16%.

Continúa indicando que somos ricos porque pagamos impuestos que gravan hasta en un 320% el valor original de algunos artículos “de lujo” como la gasolina, el gas, el alcohol, el tabaco, la cerveza, el vino, etc. Y si esto no fuera poco, cotizamos por el rendimiento del trabajo (IRPF) –he sabido que este impuesto, aparte de personal, es de los llamados directos y subjetivos-; por los vehículos nuevos; por el patrimonio; por circular en coche; pagamos los préstamos al consumo a intereses elevados frente a sus tasas más bajas, etc.

El goteo de datos y comparaciones sigue con la finalidad de demostrar que los pobres son ellos y nosotros nadamos en la abundancia, para concluir diciendo, que ser rico es tener en un país tan pequeño, 86.000 concejales, casi 9.000 alcaldes, 17 presidentes autonómicos, 1.600 parlamentarios regionales, 350 diputados nacionales, 300 senadores, 200 eurodiputados, una Casa Real, 20 ministros y no sé cuantos funcionarios (esto último lo digo yo porque la cifra da espanto).

En algunas de las cosas relatadas no le falta razón a este “gallego” emigrante, pero hay que reconocer que el asunto tiene su enjundia y no se puede despachar así de sencillo recurriendo a simples argumentos y comparaciones demagógicas o al fútil enfrentamiento entre supuestos ricos y pobres del llamado eufemísticamente primer mundo.

Vayamos por partes y desmontando algunas falsedades. El Estado de Florida en los pasmosos y distantes EE.UU., al otro lado del charco, es más o menos en territorio una tercera parte de la superficie de nuestro solar, o sea, un buen pedazo de tierra, habitado por más de 18 millones de personas y una densidad de 107 habitantes por km2, cifra que no está mal. Su economía se basa principalmente en el turismo atraído por un clima benigno y sus numerosas playas. Es importante la industria agroalimentaria (zumos cítricos), la minería de los fosfatos, la aeroespacial y la militar. Estas dos últimas gracias a la instalación en la segunda mitad del siglo pasado del Centro Espacial Cabo Cañaveral. El Estado recauda gran cantidad de impuestos sobre las ventas, lo que permite que Florida no tenga impuesto sobre la renta, ni tampoco, al igual que otros estados, impuestos locales. Vamos unos pobrecitos.

Siguiente inexactitud, el IVA. Los yakees no tienen un sistema fiscal equivalente al IVA. Como ya queda dicho, su lugar lo ocupan los impuestos sobre las ventas que son regulados y administrados autónomamente por el estado o la ciudad de que se trate. Impuestos haberlos los hay, aunque de otro tipo.

Otra falacia. ¿Somos ricos económicamente en España? Hay unos pocos, ricos y poderosos. Hay cada vez mas personas viviendo por debajo del llamado umbral de la pobreza, y cada vez más gente en serios aprietos y dificultades. No me invento nada, según datos oficiales, somos junto a Grecia y Portugal los países de la UE con mayores índices de pobreza. En España unos 9 millones de personas (casi el 20% de la población – 2.432.000 hogares) viven en alguna de las calificaciones admitidas de pobreza (entre moderada –menos de 6.860€ de ingresos anuales-, y extrema -3.219€ de ingresos anuales-). Más de 500.000 personas son pobres extremos.

La pobreza son penurias y dificultades acumuladas: infravivienda, paro, analfabetismo, enfermedades, exclusiones… La pobreza está presente en todo el territorio, pero sobretodo localizada en las grandes zonas urbanas. Y para acabar esta vergüenza: 1,7 millones de menores están en situación de riesgo, siendo los hijos de inmigrantes los más afectados. ¿Podemos seguir negando todavía que seamos pobres?

Última traca. Según el economista Juan López Torres, hoy hay más pobres en España y en Europa (más de 60 millones), más trabajadores en precario, déficit muy grandes en salud, enseñanza, investigación e innovación, igualdad y conciliación, en gestión medioambiental y desarrollo de nuevas fuentes energéticas, en cooperación internacional, en integración cultural, menos crecimiento de la economía, pero las empresas siguen acumulando beneficios, que no se destinan a inversiones productivas o a crear más empleo, sino a la especulación que nos ha llevado a padecer una crisis de dimensiones globales: ¡El capitalismo especulativo se come al capitalismo!

En todos esos campos la actividad podría ser fuente intensiva de cientos de miles de empleos. Claro que fomentar esa actividad requeriría apoyar a nuevas empresas, a nuevos intereses económicos y, sobre todo, ir cerrando el paso a las que ahora dominan los mercados europeos en torno a un modo de producir y distribuir los recursos despilfarrador e insostenible, pero muy rentable.


No hay comentarios: