Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

domingo, 29 de noviembre de 2009

Ajos chinos y burbujas financieras


Desde hace meses el sector ajero español está con la mosca tras la oreja por los elevados precios -nunca hasta ahora conocidos-, de la oferta procedente de China, que como se sabe es el mayor productor mundial de este condimento. Y no es para menos, ya que en los últimos doce meses, el precio del ajo se ha multiplicado por diez en el principal mercado de origen, la provincia costera de Shandong situada al este de China, provocando la caída de las exportaciones –salvo en los países vecinos-, y que su valor en el mercado mundial haya descendido en el primer semestre de 2009 casi un 10%, según propias fuentes gubernamentales.

China juega al puro estilo capitalista

Según han divulgado medios oficiales chinos, el alza de precios se ha producido después de la recomendación efectuada por un experto médico internacional que ha afirmado que el ajo es uno de los mejores y más potentes remedios naturales contra el virus H1N1 de la gripe A, previniendo supuestamente su contagio y facilitando la inmunización del organismo. Ello ha provocado el incremento del consumo interno –ya de por sí alto-, y que especuladores chinos del sector minero, sobrados de liquidez procedente de negocios inmobiliarios, inviertan en la compra de ajo, acaparando importantes volúmenes de mercancía; y que mediante la reducción forzada del abastecimiento, han conseguido elevar artificialmente los precios. Como ya pasara en México con el maíz y las energías renovables, el ajo ha disparado su cotización por el interés de los traficantes.

En Europa contentos pero expectantes

Para los productores de la UE y especialmente para los de Castilla-La Mancha, que aportan una tercera parte de los ajos que se producen en el continente, esta es una buena noticia, ya que de momento, los habituales bajos precios de las importaciones chinas que marcan los del mercado doméstico no van a ser determinantes, y permitirán, tras dos años de pérdidas y dificultades, una ligera recuperación económica de un sector muy castigado y con un futuro seriamente amenazado. En tal sentido hay que recordar que expertos gubernamentales chinos han afirmado que el precio del ajo es cíclico, subiendo mucho a corto plazo para luego desplomarse nuevamente.

Varios frentes a trabajar

Uno. La producción española de ajo (150.000 toneladas) es nimia comparada con la producción china que alcanzó en 2007 12.000 millones de toneladas acaparando el 80% del mercado mundial. El contingente y las medidas arancelarias proteccionistas de la UE han posibilitado, en la última década, que el ajo no haya desaparecido de nuestros campos y pueblos, y siga siendo en Castilla-La Mancha, un sector estratégico por la actividad y riqueza que genera que son necesarias seguir defendiendo.

Dos. China ha basado su crecimiento y competitividad en prácticas productivas, sociales y económicas dudosas. En la UE es obligatorio cumplir normas y protocolos en esta materia, que a los países de origen se les debe exigir de igual manera. La UE no debería permitir que se importen productos agroalimentarios obtenidos bajo prácticas de dumping social y económico o insostenible medioambientalmente.

Tres. Las multinacionales de la distribución, ubicadas en mitad de la cadena agroalimentaria, controlan y regulan tres cuartas partes del mercado, imponiendo reglas y normas oligopolísticas que escapan al control de los gobiernos. Son necesarias leyes que garanticen la adecuada remuneración de los productos obtenidos por agricultores y ganaderos, obtentores de alimentos y sustentadores del medio ambiente; y que nos aseguren a los consumidores, en aquellos productos básicos, unos precios equitativos.

Cuatro. El tejido productivo y comercial del ajo es débil, está atomizado, carece de dimensión empresarial adecuada. Todo ello le impide disponer de una buena situación, estando en abierta desventaja negociadora con respecto a la gran distribución. Son muchos los elementos de discrepancia existentes entre los agentes que lo componen, pero es necesario, ahora más que nunca, buscar caminos de entendimiento y apoyo. Como dice el dicho hay que “cooperar para ganar”, para que como dice otro “dependamos uno de otro, y no pendamos uno al lado de otro”.

La corrupción de las derechas

La dictadura que se implantó en España desde 1939 hasta 1978 se conoce en nuestro país como franquismo, implicando que fue una dictadura de un general, Franco, y su Ejército. Aquel régimen, sin embargo, fue mucho más que una dictadura militar. Fue predominantemente una dictadura de clase, en la que la burguesía del país (en sus distintas dimensiones: agrícola, industrial y financiera) utilizó el Ejército para parar las reformas propuestas por un Gobierno democrático que afectaban a sus privilegios. Estado y burguesía en aquella dictadura estaban claramente entremezclados, estableciéndose un maridaje entre el Estado y grandes sectores de la clase empresarial (la gran patronal y la Banca) basado en la corrupción. Esta era una práctica generalizada, de la cual las grandes familias y los grandes bloques económicos en España se beneficiaron enormemente.

La Transición, mal llamada modélica, de la dictadura a la democracia, cambió algo esta cultura de la corrupción, aunque continúa muy acentuada en grandes sectores de la burguesía española (de todas las nacionalidades y regiones de España) como lo atestiguan, entre muchos otros ejemplos, el caso Gürtel y su conexión con la derecha española, y el caso Millet y su conexión con la derecha catalana. La juventud debería saber que durante la dictadura hubo miles y miles de casos Gürtel y casos Millet. La diferencia –una muy importante– es que ahora bastantes terminan en los tribunales, como ha ocurrido en estos casos, mientras que durante la dictadura muy pocos terminaron en ellos. Es interesante señalar, a este respecto, que una de las primeras cosas que hizo Félix Millet cuando llegó la democracia fue transferir parte de sus fondos a cuentas secretas en Suiza. Antes no creía que le hiciera falta. Podía depositar los frutos de su latrocinio en cualquier banco o caja española sin ningún temor. Pero cuando vino la democracia, la burguesía tenía el temor de que las izquierdas pudieran interrumpir aquellas prácticas corruptas. Pero en Catalunya ganó la derecha, que gobernó durante 23 años.

La burguesía catalana –sectores de los cuales se autodefinieron como catalanistas– había tenido relaciones privilegiadas con aquel Estado fascista. Apoyó con todos sus medios el golpe militar que les protegió de las fuerzas democráticas, que probablemente las hubieran encarcelado, y confiscado sus bienes. El padre de Félix Millet, un burgués catalanista de la democracia cristiana catalana (y director del diario católico conservador El Matí) no tuvo ninguna duda, como tampoco la tuvo la mayoría de la burguesía catalana, en anteponer sus intereses de clase a los de la nación catalana apoyando el golpe militar que estableció un genocidio cultural contra Catalunya. Se convirtió en un hombre de confianza del dictador en Catalunya. Fue, también, presidente del Banco Popular. Tal burguesía puso en marcha un proyecto, tolerado por el dictador, de establecer un catalanismo conservador, eliminando cualquier señal de catalanismo laico y progresista. Parte de este proyecto fue el Orfeó Català, el cual dirigió el padre de Millet en 1951.

Se puede ver estos días una interesante exposición en Figueres de cómo los grandes nombres de la burguesía catalana (tales como los dirigentes de la Lliga, así como Jacint Verdaguer, Joan Maragall, Josep Pella i Morgues y otros) depuraron todos los elementos progresistas del catalanismo progresista y laico. Se silenció así el hecho de que las sociedades corales, por ejemplo, habían sido la voz de la clase obrera en Catalunya, y que los jóvenes republicanos bailaban sardanas con un amplio repertorio de narrativas revolucionarias, escritas por el mayor compositor de sardanas, Pep Ventura, definido por la historia tergiversada del sardanismo (que ha purgado sus orígenes populares y obreros) como un “hombre de origen humilde”, expresión utilizada por la burguesía para definir a una persona de origen obrero. Fue esta visión de un catalanismo burgués y conservador, de carácter esencialista y fundamentalista, la que fue promovido por la derecha catalana, que gobernó en Catalunya durante la mayoría del periodo democrático.

Millet hijo sucedió al padre y mostró no tener ningún conflicto entre ser miembro del consejo director de FAES (el centro aznariano de estudios del pensamiento profundamente conservador nacionalista español) y ser presidente de la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música, presidente del Orfeó Català, vice-presidente del Consorci del Palau de la Música Catalana y dirigente de muchas otras instituciones catalanistas importantes, estando también en la dirección del Liceo (que todavía tiene una placa en honor del fascismo), el Círculo Ecuestre y muchas otras instituciones del establishment catalán. En definitiva, era uno de los 400 integrantes de las familias que, según había indicado el propio Millet junior, han regido y gobernado Catalunya durante 70 años.

El oasis catalán, durante el periodo democrático, estaba basado en una represión que reproducía el enorme dominio de clase que se perpetuaba a base de un sistema de redes clientelares, del cual CiU era su rama política. Llevaba razón el ex fiscal Jiménez Villarejo, cuando, en una entrevista a El Punt, señalaba que “el caso Millet no es nada más que la continuación de los casos de corrupción de CiU” (23-10-09). El favoritismo a las empresas que pagaban un “impuesto” al partido (caso Caric), las famosas concesiones a la Lotería de la Generalitat (caso Casinos), el caso de la Banca Catalana, el caso Anheuser Busch, el caso del “empresario modélico” Javier de la Rosa, el caso Treball, el caso Turisme, el caso Adigsa, y muchos otros casos son los precedentes del caso Millet. De ahí que los dirigentes de este catalanismo burgués estén preocupados y vean que su Catalunya está siendo cuestionada. No es Catalunya, sin embargo, sino su Catalunya la que lo está.

Vicenç Navarro, Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra

Otros artículos del autor:”La influencia política y corruptora de la banca en las soluciones a la crisis”: F1.pdf “Crisis y desigualdades sociales”: F2.pdf “El conflicto de clases mundial”: F3.pdf “Tertulias de todólogos”: F4.pdf

sábado, 28 de noviembre de 2009

De setas y seteros


Hará cerca de treinta años compré mi primer libro sobre setas. Hacía tiempo que me picaba la curiosidad por el mundo de la micología y un día me decidí por un libro a todo color, porque el mundo de las setas solo se puede conocer a todo color. Ahora lo comparo con otros libros que tengo sobre el mismo tema o que hay en el mercado y me parece bastante malo, pero por entonces era lo que había o al menos lo que encontré. He de confesar que no me sirvió de mucho porque para conocer el mundo de la micología es necesario, diría que imprescindible, un maestro iniciador.

Cuando digo un maestro quiero decir un maestro, no un enteradillo, porque viendo mi interés por este mundillo alguien me recomendó a alguien de por aquí de estos pueblos. Ambos salimos al campo un soleado día de otoño. Como es de suponer iba muy ilusionado. Encontramos unas cuantas variedades de hongos, pero mi acompañante no supo identificar ningún ejemplar por su nombre vulgar o científico. Solo sabía decirme cuales eran comestibles, porque el los había comido muchas veces, y cuales no lo eran por el aspecto o el color. Durante nuestra búsqueda, si encontrábamos algún ejemplar que él no consideraba comestible, le pegaba una patada diciendo simplemente: “Esta es mala”. Por lo que se refiere a la parte culinaria no tenía ni remota idea.

Aquella excursión, exactamente por las alamedas y el campo de Carrizo de la Ribera, fue para mi muy positiva pues aprendí lo que jamás debe hacer un buscador de setas. Me fui a casa con una gran bolsa de plástico repleta de setas “comestibles”, según aseveraba mi acompañante. Cuando la abrí la mayoría estaban tan deterioradas que no las hubiera identificado ni el más experto micólogo. Ni que decir tiene que no las probé, de haberlo hecho es probable que hace tiempo Toño (“El Patrón”) hubiera acariciado mi calavera. Aquel “experto” me había dado pruebas evidentes de que no tenía ni puñetera idea y un amor nulo por la naturaleza.

Lamentablemente ninguno de los numerosos y pésimos maestros que tuve me enseñaron a amar y respetar la naturaleza, o al menos no lo recuerdo. Jamás me sacaron al campo a enseñarme las flores, las plantas, las aves, los misterios de la vida. Estaban tan ocupados y preocupados por inculcarnos las grandezas del “glorioso movimiento” y el tedioso catecismo con sus cosas del más allá que se les olvidó enseñarnos el más acá.

Tampoco es que hubiera entre los habitantes de la villa gran afición por la micología, diría que más bien ninguna. Es posible que en nuestro páramo afloren una gran variedad de setas que tengan interés para un micólogo o como poco para un micófilo y no estoy seguro si un micófago se conformaría con lo que hay para llevarlo a su mesa. Lo cierto es que si viene un buen año de lluvia, humedad y temperatura, combinación necesaria para que aparezcan las setas, se pueden encontrar algunas variedades con las que hacer sabrosos platos. Mencionaré algunas: Unas cuantas variedades de Agaricos, conocidas como champiñones. Si el año es bueno salen en cualquier parte y muchas de las especies son comestibles. Sólo son tóxicos los que pertenecen a la familia de los xantoderma (Agaricus xanthoderma) que son fácilmente reconocibles porque amarillean en el pie y huelen mal. La fotografía que encabeza este escrito es de un agarico y aunque sea tan bonito no es comestible. Está hecha en Palazuelo de Órbigo. También se pueden encontrar, creo que no en abundancia, las setas de cardo (Pleurotus eryngii) ¡Están tan perseguidas las pobres! En el monte, si es que queda algo de monte, se pueden encontrar macrolepiotas es probable que tanto la Procera como la Rachodes y es muy posible que alguna variedad de boleto. En las huertas y en las eras, si es que queda algo de ellas, será fácil encontrar senderuelas (Marasmius oreades) y lepistas, tanto la Nuda como la Personata. En Valdecambillas vi en cierta ocasión en un chopo seco un buen grupo de Pleorotus Ostreatus. También se pueden encontrar sobre los viejos troncos la llamada seta de chopo (Agrocybe aegerita) En los caminos suelen crecer grupos de la excelente barbuda (Coprinus Comatus) y poco más que yo sepa.

Desde que buscar setas se ha convertido en una afición tan popular hemos puesto en peligro este desconocido y frágil mundo. Hay seteros que arramplan con todo destruyendo los ejemplares que no conocen con el pretexto de que si no son comestibles no tienen derecho a estar ahí. Soy de los que se pasean por el campo disfrutando con solo mirar, oler y sentir la naturaleza. Apenas voy ya a buscar setas, pero si lo hago llevo una cesta de mimbre o de tela, jamás una bolsa de plástico; procuro recoger sólo lo que voy a comer y respetar lo que no conozco porque he llegado a la conclusión de que cada brizna de hierba, cada canto rodado, cada terrón tiene su porqué y cumple con su función en la naturaleza, aunque yo ignore cual pueda ser. Y por último si alguien piensa que soy solo un enteradillo en esta materia ha dado en el clavo, aunque puede que para el que todo lo ignora sea un enteradillo aventajado.

N.B: Si hay por ahí algún setero que se explique.

Algo para leer:
- “Setas de Castilla y León” (No tengo referencia del autor en este momento)
- “Hongos” Biblioteca del Norte de Castilla. Tomo IV

domingo, 22 de noviembre de 2009

El campo se muere


Ayer una gran muchedumbre de agricultores y ganaderos llegados de las dos Castillas, de Andalucía, de Extremadura, de Murcia, de Aragón, de la Cornisa… ocupaba y se esparramaba por el centro de Madrid durante casi todo el día, para pedir de forma pacífica y organizada, soluciones a algo que no parece tenerlas y que está llevando a la ruina a muchas familias ante la pasividad de los burócratas de Atocha, ese ministerio al que le han borrado en los papeles el nombre de agricultura por el de los medios y los espacios.

¡Vaya cuadrilla de incompetentes! Ante tal despliegue humano y clamor reivindicativo sólo se le ocurre decir a la sosa de su titular, esa gallega con nombre de espina, que ellos están en lo suyo, trabajando en su plan y no modificarán el rumbo. Están trabajando y muy bien que lo están haciendo, en el desmantelamiento de la agricultura y la ganadería, de esa actividad productiva y económica primaria que nos surte de alimentos, que mantiene vivos los pueblos y cuidado el medioambiente. Sin esa actividad, que se la están cargando, los pueblos están abocados a la parálisis y a la muerte.

Muchos son los datos y las cifras que acreditan lo que digo. Pero no voy a entrar en ello. Sólo apuntar una anécdota: un café cuesta en Madrid y en otros muchos sitios 1,20 euros -doscientas pelillas de las de antes-. Por ese mismo precio en origen hoy se pueden comprar, por ejemplo, 24 kilos de patatas o 20 kilos de cebollas o 2,5 kilos de tomate o 4 kilos de manzanas o 3 kilos de mandarinas. Y así hasta una larga lista de productos básicos de la cesta de la compra pero que los consumidores no pagamos a ese precio, sino multiplicado por cinco, seis, siete y hasta diez veces cuando los adquirimos en el supermercado o la gran superficie.

Alguien debería explicar y justificar, si tiene bemoles para ello, porqué los productos valen en origen precios que no cubren los costes de producción y ese mismo producto en destino lo pagamos los consumidores multiplicado con creces. Alguien debería explicar porqué se permite que el oligopolio dueño de la distribución alimentaria acumule beneficios a costa de productores y consumidores y no se pone coto a esos márgenes abusivos mediante ley. Alguien que lo sepa, porque los que están ahora miran para otro lado, que nos explique qué quieren hacer con la gente del campo. Esa humilde y callada marea, excesivamente tranquila ante el desamparo que se está viviendo, curtida bajo soles y escarchas, que está siendo saqueada y obligada a exilarse en su propia casa.

Ayer paseó las calles de Madrid una siniestra figura en forma de ataúd que simulaba la muerte del campo y una corona en la que se leía: “Recuerdo de tu viuda, la ganadería, y de tus hijos, los agricultores”.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Muros, trincheras y socialismos

Muro de Israel en Palestina

Ayer organizaron grandes festejos por la caída del Muro de Berlín sin mover un dedo por la caída de los veinte muros que se desperdigan por el mundo para que los poderosos sigan machacando y segregando a los débiles. No festejaban la caída de un muro, pues, sino el triunfo del capitalismo. Un triunfo que no merece celebración alguna a poco que se examine cómo está el mundo hoy bajo el dominio casi absoluto del capitalismo, un crimen colectivo que supone la condena al hambre, al analfabetismo y a una compleja restricción de las libertades de forma obscena a veces, pero más invisible casi siempre, mientras se mantienen varias guerras por la hegemonía y el control de recursos.

Sin embargo, el recuerdo de cómo cayó un ensayo de alternativa al capitalismo sí es una ocasión para pensar cómo tendrá que ser eso a lo que ya le hemos dado un nombre, pero que aún no tiene todo su contenido, al menos en Europa: el socialismo del siglo XXI. El socialismo del siglo XX tuvo mucho más presente la trinchera que el proyecto que quería implantar. No era tan importante conseguir una sociedad socialista, justa, emancipada y en la que ningún ser humano dominara a otro como no ser derrotados por el enemigo. En un sistema atrincherado, la caída de un muro es la caída del sistema.

Los primeros países del socialismo del siglo XXI no han buscado el triunfo mediante la trinchera y el muro, sino mediante la sobrelegitimación democrática: manteniendo y reforzando la libertad de prensa, la libertad política, el derecho de asociación… e impulsando nuevas vías de participación democrática, de medios comunitarios, etc. Mientras, la fortaleza de los gobiernos de este nuevo modelo político socialista no se sustenta en la altura de los muros ni la omnipresencia de policías políticas, sino en la convocatoria de reiteradísimas elecciones impolutas, referenda constitucionales, revocatorios o lo que haga falta, sabiendo ganar y perder elecciones y apoyándose en el pueblo que libre y voluntariamente opta por el único camino hacia la emancipación que conocemos: el socialismo.

Hace 20 años cayó el último muro identificable con el socialismo. Hoy hay veinte muros del capitalismo: en Ceuta, en Melilla, en el Sáhara, en India, en Palestina,… Los sistemas que se defienden a base de construir muros están condenados a caer con los muros. Los que se defienden a base de legitimidad democrática resistirán mientras haya un pueblo con voluntad de ser más libre, más justo, más humano.


Quien mucho abarca Blog de Hugo Martínez Abarca


miércoles, 4 de noviembre de 2009

MOSQUITO

ENCUENTROS CON LOS AUTORES DE MOSQUITO
Margarita del Mazo
Roger Olmos
El JUEVES día 19 en la Librería Hada Trabalenguas (C/Nuñez de Balboa, 19) a las 19´00 h.
El VIERNES día 20 en la Biblioteca Federico Garcí Lorca (Centro Cultural Federico García Lorca, Plaza de la Constitución, 3, en Rivas Vaciamadrid) a las 18´00 h.
Y el SÁBADO día 21 en la Biblioteca Municipal de Paracuellos de Jarama (C/ Extremadura, s/n) a las 12´00 h.

Es que era comunista

A muchos sorprende la noticia sobre el “desalojo” de Rafael Reig de la sección de opinión de las páginas de PÚBLICO. A mi no, y seguramente no soy el único. Mientras el periódico del imperio MEDIAPRO (¿será la abreviatura de MEDIAPROGRE?) hace alarde de poderío económico regalando todo tipo de libros o películas de autores que en su día fueron perseguidos o silenciados por sus ideas políticas – preferiblemente muertos – , silencia la de uno de sus periodistas por una razón similar. Evidentemente, en un medio privado quien paga manda, y si Rafael Reig debía ser apartado de su sección no era una cuestión editorial ni periodística, sino probablemente política, y quizá ya habría agotado la paciencia de alguno de esos empresarios que van de progres mientras mantienen a la plantilla de sus medios de comunicación en una situación precaria y con unos sueldos miserables.

Por cierto, no estaría mal que los lectores de PÚBLICO supieran las condiciones laborales de la mayoría de la plantilla del periódico, como tampoco lo estaría que los espectadores de LA SEXTA supieran en qué condiciones están los trabajadores de la cadena.
Y es que el todopoderoso Jaume Roures un día dijo que era marxista, y muchos le creyeron. Que Roures diga eso supongo que es como llevar una camiseta del Ché mientras se vota al PSOE, o como llevar un libro de Marx bajo el brazo mientras se aplaude un discurso de Zapatero. Como levantar el puño y llamar dictador a Chávez.

Este país da pena, mucha pena. Un país donde los corruptos obtienen mayorías absolutas. Donde los fascistas reciben homenajes. Donde el Jefe de Estado lo impuso un dictador. Donde los progres nos roban la memoria. Donde los socialistas no son socialistas. Donde los traidores son recompensados. Donde se aplasta a los comunistas con el Manifiesto Comunista (editado por MEDIAPRO).

Rafael Reig supo que era su último día en PÚBLICO, y con el título de su último artículo quizá dio la clave para que hasta quien no quiera entender entienda su adios: “Es que era comunista”.

http://www.larepublica.es/javierparra/?cat=3

martes, 3 de noviembre de 2009

Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo



Frase atribuida a Arquímedes a quien también se debe la primera formulación matemática del principio de la palanca.

Empiezo así a cuento de la escapada de la semana pasada a la comarca del Ese y Entrecabos, la renombrada comarca Vaqueira asturiana, con motivo de un viaje de estudios sobre la iniciativa de la marca de calidad territorial, a la que se han dedicado hasta la fecha fondos europeos para el mal llamado desarrollo rural.

El último día, dentro de las visitas programadas y como quien no quiere la cosa, tocaba la pequeña y cuidada parroquia de Tuña, donde nos reciben representantes de asociaciones vecinales con los cuáles recorrimos sus calles y rincones. Nos cuentan retazos de la preñada historia del lugar: el puente medieval enlace de caminos, las explotaciones auríferas romanas, las casonas y palacios nobiliarios, los ilustres personajes nacidos en ella. Nos detenemos ante la casa natal del general Rafael del Riego Flórez, en la que una placa del municipio de Tineo del año 1923, recuerda que el militar y político proclamó en 1820 en Cabezas de San Juan (Sevilla) la Constitución de 1812, y que por ello, por sus ideas, fue perseguido, condenado a muerte y ahorcado en Madrid el 7 de noviembre de 1823.

Tuña es uno de esos pueblos asturianos a los que la Fundación Príncipe de Asturias anualmente concede el galardón Premio al Pueblo Ejemplar. Tuña lo recibió en el año 2000. Por un agujerito me hubiera gustado poder ver el evento y la parafernalia del momento, y cómo el heredero, en el acto de entrega del galardón, rememoraba la obra, vida y acción de Rafael del Riego, que su antepasado el Borbón Fernando VII mando al patíbulo.

Hay que tener cara y tragarse tamaño sapo como el que yo soñé ayer, que tenía huesos en lugar de cartílagos. Han pasado casi ciento ochenta años, y en un movimiento circense, en lo que el escribiente de discursos principescos llama el juicio postrero, se apela a la perspectiva histórica, y así, por arte de birbiloque, se recupera el nombre y la memoria de un hombre justo, de progreso y libertad, que buscaba el bien común, frente a la sinrazón y el absolutismo monárquico. Borriquito, borriquito, pero amiguito a la linde.

No te hacía falta ese viaje y esas alforjas ya que tu antepasada, la reina regente María Cristina, una década después del asesinato, había firmado un decreto en el que reponía al general su buen nombre, fama y memoria. El resto de lo dicho, bonitas palabras e intenciones, como que las grandes obras son siempre fruto de la unión de esfuerzos; que el desarrollo de las comunidades se basa en amplios acuerdos; que el progreso debe construirse a partir de muchas pequeñas aportaciones e iniciativas; la necesidad de conservar la riqueza de nuestros bosques milenarios, que estamos obligados a entregar íntegros a nuestros descendientes, etc., lo puede firmar desde el Papa hasta Lenin.

Siguiendo el principio de Arquímedes es en esas generalidades y lugares comunes en las que la monarquía hace palanca para mejorar su imagen y allanar el camino continuista de poder.
En paralelo, la pequeña comunidad asturiana de Tuña, apoyándose en sus riquísimos recursos naturales, en la singularidad de costumbres y tradiciones, en esa paz, tranquilidad y colaboración vecinal que se respira en cada rincón, quiere hacer valer su ruralidad, mover su mundo, antaño cruce de caminos, hoy situado en medio de la nada y de todo.