Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

lunes, 9 de febrero de 2009

Está Vd. de puta madre...


Que te diga esto un colega o alguien con el que hace tiempo no te veías, está bien y hasta lo agradeces. Nuestra rica lengua tiene estas cosas para afirmar o definir de diferente forma distintas situaciones. ¡ Tu puta madre ¡ es la mitad de la oración anterior y dicha con esa entonación y empuje se refiere con claridad a la madre de tu interlocutor, o a la del que te acaba de jugar una mala pasada o hacerte una fechoría.

Es lo que yo le tenía que haber contestado hoy al Dc. Esteve Alderete (ver posit del martes 17 de junio de 2008 Viejos dinosaurios), cuando repasando los resultados de los últimos electro y ecocardiograma, me suelta que es una mala noticia, porque con esos parámetros tan mejorados no me van a dar la baja. No me felicita, no se congratula de la notable mejoría que he tenido en los últimos meses, de que estoy casi a punto de superar la miocardiopatía generada por los quimioterápicos. No, no… se lamenta que tenga que volver a la vida laboral, pero eso sí, no como estibador, ni como ferroviario… Algo suave, sin esfuerzos.

-“Está Vd. de puta madre”.

Te lo dice con la chulería y regocijo propio del caradura, del sinvergüenza, de un tipo sin escrúpulos, sin el menor tacto con el paciente.

Es la tercera vez que cruzo palabras con él, la segunda vez en consulta. Ya no me coge de sorpresa. Adopto la misma posición que el tiene al otro lado de la mesa, tirado en la silla, sentado de medio lado. Mira por encima de las gafillas con aire de superioridad. Resopla. Tiene vendado el antebrazo de la mano derecha, como si la tuviera machacada de darle al manubrio. ¡ Hijo de la gran puta ¡

Leo, con mi culo clavado en la silla, en voz alta, el informe que ha ido redactando sobre la marcha, que pide la Seguridad Social a efectos de valoración de la capacidad laboral, que me entrega y que dice:

- “Mejoría cardiológica evidente. Tiene ventrículo izquierdo (VI) dilatado, contractilidad ligeramente deprimida”. Me interrumpe:

- “Lo que ahí dice a Vd. le tiene que traer sin cuidado”, me dice.

Le digo que no, sigo leyendo:

- “FEVI estimada 50% en el ECO de 4/2/09. El previo el 5/5/08 presenta VI dilatado con situación de MIOCARDIOPATIA DILATADA y depresión global…”.

Le va a dar algo, se remueve en la silla ante la osadía que esta viendo. Le doy cuartelillo, me callo, doblo el informe y lo guardo en el sobre.

- “¿Y del tratamiento qué?”, le interrogo.

- “Siga como hasta ahora y hasta la próxima”.

Me cita para las ferias de septiembre. No me gustan los festejos taurinos, pero hay algunos lances de la tauromaquia que al caso vienen al pelo. Al salir por la puerta en el recibidor hay pacientes esperando su turno, no me puedo contener y digo:

- “Les va a recibir a porta gayola y luego con unas largas cambiadas les va a despachar”.
Suerte y a por Esteve (Borrico butanerus). ¡ Hijo de la gran puta ¡