Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

jueves, 18 de junio de 2009

Sala de conciertos


El Tajo es una sala de conciertos de agua
con plateas de juncos, puentes de anfiteatros,
desde donde se escucha cantar las mas hermosas
canciones de boca de peces y de pájaros

Por la mañana empiezan su concierto las aves:
las tórtolas, los mirlos, la perdiz desatando
un suave parloteo con la urraca ladrona
y el gorrión chillón, vecino de este barrio,

Tambien actúa el jilguero, de garganta menuda
y voz de vicetiple, subido en el estrado
de la rama de un olmo con un coro de voces
que entonan sobre el agua sus jubilosos cánticos

Los dirige con mano firme, con la batuta
bífida, señalando a uno y otro lado,
y la cabeza quieta, pero mirando a todos,
vestido de inocencia, impasible, el lagarto.

En la sesión de tarde intervienen palomas
torcaces y cigüeñas desde los campanarios,
vencejos, aviones, golondrinas, que frotan
sus alas con el aire y suena a stradivarius

El ruiseñor que canta por fina maestría
y también la calandria desde el trono de un árbol
a quiénes les responden, saltando en la corriente,
redonda voz de carpa y el lucio, voz de bajo.

Y por la noche canta la anguila tiernamente,
y el buho admonitorio, y la boga, y el barbo
unas canciones tristes, recordando a sus padres,
que se llevan las aguas a Portugal, río abajo.

El Tajo es una sala de música que suena
al compás de la vida de todo lo creado,
música de mi infancia, mi inocencia perdida,
que guardan en sus trinos los peces y los pájaros

Joaquín Benito de Lucas, El reino de la niñez, 2006