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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Muros, trincheras y socialismos

Muro de Israel en Palestina

Ayer organizaron grandes festejos por la caída del Muro de Berlín sin mover un dedo por la caída de los veinte muros que se desperdigan por el mundo para que los poderosos sigan machacando y segregando a los débiles. No festejaban la caída de un muro, pues, sino el triunfo del capitalismo. Un triunfo que no merece celebración alguna a poco que se examine cómo está el mundo hoy bajo el dominio casi absoluto del capitalismo, un crimen colectivo que supone la condena al hambre, al analfabetismo y a una compleja restricción de las libertades de forma obscena a veces, pero más invisible casi siempre, mientras se mantienen varias guerras por la hegemonía y el control de recursos.

Sin embargo, el recuerdo de cómo cayó un ensayo de alternativa al capitalismo sí es una ocasión para pensar cómo tendrá que ser eso a lo que ya le hemos dado un nombre, pero que aún no tiene todo su contenido, al menos en Europa: el socialismo del siglo XXI. El socialismo del siglo XX tuvo mucho más presente la trinchera que el proyecto que quería implantar. No era tan importante conseguir una sociedad socialista, justa, emancipada y en la que ningún ser humano dominara a otro como no ser derrotados por el enemigo. En un sistema atrincherado, la caída de un muro es la caída del sistema.

Los primeros países del socialismo del siglo XXI no han buscado el triunfo mediante la trinchera y el muro, sino mediante la sobrelegitimación democrática: manteniendo y reforzando la libertad de prensa, la libertad política, el derecho de asociación… e impulsando nuevas vías de participación democrática, de medios comunitarios, etc. Mientras, la fortaleza de los gobiernos de este nuevo modelo político socialista no se sustenta en la altura de los muros ni la omnipresencia de policías políticas, sino en la convocatoria de reiteradísimas elecciones impolutas, referenda constitucionales, revocatorios o lo que haga falta, sabiendo ganar y perder elecciones y apoyándose en el pueblo que libre y voluntariamente opta por el único camino hacia la emancipación que conocemos: el socialismo.

Hace 20 años cayó el último muro identificable con el socialismo. Hoy hay veinte muros del capitalismo: en Ceuta, en Melilla, en el Sáhara, en India, en Palestina,… Los sistemas que se defienden a base de construir muros están condenados a caer con los muros. Los que se defienden a base de legitimidad democrática resistirán mientras haya un pueblo con voluntad de ser más libre, más justo, más humano.


Quien mucho abarca Blog de Hugo Martínez Abarca