Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

jueves, 4 de julio de 2013

Diario del estío (VII)





Listas abiertas
Oiga, que si es ahí dónde están buscando alcalde… que si vale cualquiera para el puesto, que yo me apunto… total para lo que hay que hacer.
Más o menos esta es la llamada recibida hoy en el ayuntamiento del pueblo, muy del estilo del genial humorista Gila, el que también llamaba a casa del enemigo para que parara la guerra un momento y otros gags memorables.
Muchos de los representantes municipales que tenemos en los pueblos, que además han sido elegidos democráticamente, son por lo general un colectivo integrado por personas sin formación política ni aptitudes adecuadas para desempeñar el cargo para el que han sido designados. Muchas veces nos encontramos con ediles a los que no les mueve el bien común de los ciudadanos a los que en teoría representan, sino claros objetivos de beneficio personal y crematístico, que a pesar de los esfuerzos, difícilmente pueden ocultar, utilizando su posición para beneficiarse y beneficiar a los de su entorno más próximo. Podría dar multitud de ejemplos.
Luego están los intereses partidistas comarcales y provinciales, las representatividades y mayorías en órganos colegiados, mancomunidades, diputaciones… donde tengo que procurar una ventaja con respecto a mi contrincante u oponente, en resumen, vigilar que la suma de votos me beneficie. ¿Y oiga, de la solución de los problemas de los pueblos qué? Pues yo te lo digo: de ná. Porque cuando una cosa funciona mal y su arreglo depende de un órgano superior gobernado por los tuyos, que lo están haciendo mal, no puedes tirar piedras sobre tu tejado. Estás obligado a dar el beneplácito, la típica cabezá con lo que hay y negar la mayor. No hay independencia, ni tampoco justicia, ni gestión eficaz, ni transparencia. El sistema está corrompido y prostituido. No vale, es un lastre y una carga cada vez más pesada.
Urge la modificación del sistema electoral desde la base municipal. En los pueblos, al margen del ideario político de unos y otros, nos conocemos todos. Sabemos quién es quién, de qué pié cojea cada cual. Necesitamos poder elegir a los mejores, a los más capaces, a los que sabemos que lo van a hacer bien o por lo menos lo van a intentar. ¿Para cuándo las listas abiertas?