Municipalismo
Mañana hay Pleno extraordinario para la elección de nuevo
alcalde, tras la renuncia del anterior en cumplimiento del pacto de legislatura
que las dos formaciones (PP y URI-PCAS) establecieron en 2011. El nuevo alcalde
necesita mayoría, es decir, 6 votos. De no alcanzarse, la alcaldía sería
detentada por la lista más votada, en este caso, la del PSOE.
Hoy hemos conocido la renuncia al acta de concejal del
segundo de la lista del PP, en desacuerdo con el relevo en la alcaldía y por
las presiones que ha estado recibiendo en
los últimos días. Se va del ayuntamiento y no quiere saber nada más de él.
Personalmente creo que se va una persona valiosa,
comprometida y trabajadora, que abandona la política municipal asqueado de las
manipulaciones y tejemanejes. Podría haberlo hecho de otra forma: seguir siendo
concejal con adscripción al grupo mixto. Pero no, lo deja del todo.
Mañana tendremos nuevo alcalde y tras la tormenta todo
seguirá igual o peor, ya que los nuevos que entran, no quieren saber nada de
los de antes. ¡Quítate tú que me pongo yo! y mientras tanto se nos pasa el año,
y me dan lo mismo unos que otros.
Sigo pensando y así lo planteaba hace unos días, que la
gestión y dirección municipal debería ser más fácil y ágil de cómo es. El
actual municipalismo es un tremendo fracaso y fiasco que hay que superar. En los
pueblos todos nos conocemos. En núcleos de hasta determinada población debería poder
establecerse un sistema de listas abiertas en el que se eligieran los mejores.
Mientras esto no cambie seguiremos metidos en el pozo, en los lados obscuros de
este sistema democrático que necesita una renovación inmediata.