Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

viernes, 9 de agosto de 2013

Diario del estío (XLI)




Metomentodo
Hay gente de naturaleza que llamo brasa, que se mete en todos los fregaos, que de todo opina y sabe, que interrumpe las conversaciones de otros, que molesta, maleducada, en fin, que no sabe estar, y que cuando les llamas la atención o simplemente les dejas de lado, se sienten violentados o también hay los que se hacen los suecos, como si la cosa no fuera con ellos.
Lo mejor para afrontar a este tipo de personajes es, cuando ya los conoces y los ves venir, preparar con tus interlocutores, una rápida retirada y evitar que los moscarrones se inmiscuyan en asuntos donde no les han dado autorización. Si no puede ser así, y te pillan, lo mejor es callarte y en el momento apropiado soltar aquello de que te vas, que muchas gracias por lo que sea y que en otro momento continuamos con la conversación.
El entrometido si es de clase cotilla, que los hay, querrá saber de que se estaba hablando para el igualmente dar su opinión. Ahora ya todo depende de la discreción de la otra parte, que diga o no algo, lo normal es que se actúe con discreción.
El cocinilla es una calaña de individuo que hay que tratar con prevención. Como esta en misa y repicando, toma de aquí y allá opiniones a su interés, malinterpreta a veces, hace frecuentemente juicios de valor, sentencia, y esparrama por doquier pseudoinformación, creando opinión entre los más incautos. Es peligroso y tremendamente entrometido. Lo mejor si te pregunta por algo o intenta sonsacarte cualquier cosa, es no comprometerte, decir que no sabes, que aún no te has hecho a la idea, que en otro momento, dar largas…
Este tipo de fisgón no se compromete, sabe nadar y guardar la ropa, por muy tonto y necio que parezca. Ojo con ellos pues si pueden, aunque mantengas neutralidad, te pueden jugar una mala pasada.