Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

domingo, 11 de agosto de 2013

Diario del estío (XLII)


El Roto




Ignominia
Hoy domingo hemos tenido un día de fuerte calor. Son casi las ocho de la tarde y todavía el ambiente está cargado. Canta la chicharra sin parar no muy lejos, seguramente encaramada en lo alto del laurel. Cuando suenan mucho, los viejos del lugar hablan de día de chicharrero, en alusión al calor que hace o va a hacer.
He escogido mal día para el trasplante de las crucíferas de otoño (coliflor, repollo y lombarda) y alguna escarola. Aunque esta mañana he encharcado bien los surcos y la planta llevaba cepellón enraizado, seguramente han pasado un fuerte estrés. Ahora me acercaré, cuando baje el sol algo más, a refrescarlas y dar una vuelta por el huerto.
Han pasado las fiestas, sin pena ni gloria, y afrontamos la última parte del mes de agosto y de las vacaciones de aquellos que han podido tomárselas, pensando en lo que nos deparará el último tramo del verano, la vuelta al curro –los que lo tengan-, el inicio del curso escolar, y en la acumulación de energías para el otoño y el invierno que nos vienen.
El pueblo se irá vaciando poco a poco de forasteros y veraneantes, y quedaremos los de siempre, con nuestras rutinas y pequeñas miserias a cuestas. Una importante que tenemos que afrontar es la del conflicto sanitario y los recortes. Ya conocemos el auto del Tribunal Superior de Justicia que desestima el recurso presentando por el Ayuntamiento y que no agota la vía administrativa a la que se podrá acudir en reposición. Los argumentos esgrimidos por los responsables sanitarios que recoge el auto, están llenos de medias verdades, en algunos casos, y en otros, claras manipulaciones de información y datos. Cuando la administración de turno recurre a esta estrategia mentirosa, lo primero que te golpea es la indignación por la farsa a la que nos quieren someter, y luego, la confirmación de que estamos gobernados por personas y políticas a las que les importa un carajo el bienestar de los ciudadanos.
No sé qué va a pasar en los próximos meses, en el resto de esta ignominiosa legislatura, pero la percepción que tengo es que esto no lo arregla nadie. Los de siempre sentados confortablemente en su machito, los rivales desunidos, y el pueblo, callado e inmóvil, dando conformidad con su silencio a lo que nos está sucediendo.