Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

martes, 13 de agosto de 2013

Diario del estío (XLIV)




Gonzalo Fdez de Córdoba (i), Juancar (c) y el regatista Gancedo (d) en 1973
Obituario
Gonzalo Fernández de Córdoba y Larios (Málaga 1934 – Madrid 2013). Ha fallecido un tres veces Grande de España. No sé qué significa eso pero lo dicen las crónicas. Noveno duque de Arión, tercer duque de Cánovas y marques de Mancera, Malpica y Valero. Monárquico y persona del régimen franquista del que sacó buenas tajadas. Malagueño de nacimiento y aficionado al caro deporte de la vela, del que fue olímpico en cuatro ocasiones y también campeón de España entre los años 50 y 70 del pasado siglo. Compinche de regatas en Munich 72 con el Borbón Juancar, para los amigos e íntimos. No tuve el gusto de conocerle, sólo le vi pasar en lontananza, que como el correcaminos, iba levantando polvareda en su potente jeep blanco. Yo me mantenía al loro.
Para estar poco trabajado y muy vivido, nobleza obliga, ha fallecido a una edad quizá temprana: 79 años. Sorprende que lo que más destacan de su vida los medios haya sido su afición deportiva y olimpismo, donde fue al parecer un crack. Nada se comenta de sus emporios empresariales tierra adentro, donde tuvo un éxito desigual tanto en la explotación de tierras de su propiedad, los vastos dominios de su antepasado el Gran Capitán, como en la industria agroalimentaria conservera. La primera actividad, liquidada y vendida para saldar deudas, y la segunda, abandonada y en estado de ruina. Ambas cuestiones demuestran que fue un empresario mediocre, que tras unos años de pujanza, se vino abajo, por problemas de dirección y gestión interna, y manejo del poder.
Ha sido enterrado en ceremonia íntima en el panteón familiar del cementerio municipal de Malpica, por donde han pasado algunos personajes y una purrela de personajillos. El pueblo manso e ignorante, su pueblo feudal se ha despedido de él a la pregunta de qué va a ser de ellos sin el señor, con lo bueno que era y el trabajo que dio. En ese sentido creó escuela, ya que todo giraba en torno a su monopolio, impidiendo que cualquier otra iniciativa o emprendimiento que no fueran los suyos, prosperaran en sus dominios. Eso es una pesada losa que ha marcado el devenir de las últimas cinco décadas de esta sumisa y obediente aldea a orillas del Tajo. ¡Y cuídate muchacho de lo que dices, no vaya a ser que te lleves algún capirotazo¡