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martes, 16 de enero de 2018

El índice IPOD en los alimentos



El IPOD o Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos es un indicador creado en el año 2008, que tiene como fuente de datos en origen a la COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), y como fuente de datos en destino, a la CEACCU (Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios) y la UCE (Unión de Consumidores de España). Este índice ofrece a los consumidores información de la cadena agroalimentaria y detalle sobre los precios de los alimentos en origen y destino.

La información es recopilada por los dos eslabones claves en la cadena agroalimentaria: agricultores y consumidores, permitiendo visualizar los precios que pagan los intermediarios a los agricultores, y a los precios a los que venden los primeros los alimentos a los consumidores, obteniéndose el número de veces que se multiplica el precio de origen hasta que llega al consumidor, y el encarecimiento real de los productos. La información es mensual, ofreciéndose datos de más de una treintena de alimentos básicos y habituales en nuestra dieta. 

LOS IMPACTANTES DATOS MENSUALES


Durante el ejercicio 2017 ha habido principalmente productos agrícolas (frutas y hortalizas) que han multiplicado de forma desorbitada y abusiva los precios. Ese es el caso de la naranja que ha multiplicado entre 6 y 7 veces el precio entre origen y destino; la manzana y la ciruela, entre 7 y 8; la patata, 8 veces; melocotón y nectarina en meses puntuales han llegado a 11 veces. En fin, ningún producto hortofrutícola se libra de la especulación, y por citar dos muy nuestros: el ajo, entre 8 y 9 veces; y el melón, entre 7 y 8.

Estos datos mensuales que nos aporta el IPOD es un modo muy fácil y transparente de mostrar lo que realmente sucede en el mercado, descubriendo que los abusos sobre los productos de consumo son evidentes, con márgenes comerciales desorbitados, lo que impacta de forma negativa tanto a los productores como a los consumidores.

IPOD. Agosto 2017
 
 ¿PUEDEN SER LOS "CIRCUITOS CORTOS" LA SOLUCIÓN AL PROBLEMA?

Los "circuitos cortos” de comercialización son aquellos que permiten evitar la actividad de intermediación entre el productor y el consumidor y así reducir la diferencia de precios origen-destino: por ejemplo, la venta directa en la explotación, la venta online, la venta en tienda de productores, en ferias o en mercados locales y exposiciones.

Este tipo de iniciativas de comercialización tipo red social constituyen un modelo de compra-venta directa entre productores y consumidores que lleva algunos años realizándose, y que poco a poco va extendiéndose en numerosas zonas, permitiendo a las personas organizarse en grupos para comprar productos de temporada directamente de los productores locales. Los “circuitos cortos” han demostrado ser una herramienta valiosa para acercar a los productores y a los consumidores, eslabones ambos que más deberían beneficiarse en la cadena alimentaria.

martes, 9 de enero de 2018

El melón, rey de la fruta del verano




En La Mancha el melón es algo propio e identificativo de su producción agrícola, próximo, y habitual en el paisaje y costumbres de los meses de verano. Sus orígenes se sitúan en Irán y en la región caucásica del Sur de Asia, desde donde se propagó a otras zonas y culturas. Los egipcios lo conocían 500 años AC, y en la Península Ibérica, hay citas de él en el siglo IX en los reinos de taifas de Toledo y Valencia.
Hablamos de una fruta-hortaliza perteneciente a la familia de las cucurbitáceas, dentro de la que también se encuentran, entre otras, la calabaza, el pepino, la sandía, etc., y a la que en Castilla-La Mancha, y sobre todo en la comarca Mancha de Ciudad Real -como veremos más adelante-, dedicamos muchas hectáreas a su cultivo del que se obtienen miles de toneladas de esta apreciada fruta.
El aporte productivo de nuestra región, junto con la provincia andaluza de Almería, el Campo de Cartagena en Murcia, Extremadura y alguna otra zona del Levante, hace que España sea uno de los países con relevancia en el comercio del mismo. En el año 2016 se exportaron melones por valor de 670M€. Además, según el Panel de Consumo Alimentario del MAPAMA, el consumo de melón tiene una importante participación en nuestra dieta ya que cada español-a consume al año 9 kg., representando esta cantidad el 16% de toda la fruta que consumimos al cabo del año.
Fruta de temporada
Las frutas y hortalizas frescas tienen su época de producción y consumo, y en esto el melón no es ninguna excepción. En España producimos melón entre los meses de abril y octubre. Las producciones más tempranas corresponden a los invernaderos de Almería, destinándose su producción principalmente a la exportación. Le siguen en el tiempo las producciones de Murcia, el Levante, y a partir del mes de julio, el melón manchego y su variedad por excelencia, el Piel de Sapo.
Entre los meses de noviembre y marzo se encuentran también melones en el mercado. Se trata de producciones procedentes por lo general de Brasil, Centroamérica ó África.
Variedades
La riqueza y amplitud varietal de esta especie es enorme. Muchas variedades, por razones productivas o económicas, han dejado de cultivarse o representan en la actualidad cifras marginales, tal es el caso del Mochuelo, Tendral, Melón blanco, etc. Otras se han perdido o quedan en los bancos de germoplasma a la espera de su recuperación y mejora.
Habitualmente en el mercado podemos encontrar la variedad Piel de Sapo, de piel lisa o rugosa, con manchas verdes de diferente intensidad y la de mayor extensión de cultivo en nuestro país. El melón amarillo, de corteza del mismo color y carne blanquecina. Y variedades foráneas como el Cantaloupe y el Galia, que se cultivan aquí pero se destinan principalmente a la exportación. Estas últimas son, por lo general, de pequeño calibre, redondas, de carnes color amarillo-anaranjada y muy olorosas.
"El melón es como el matrimonio, que o se toma o no se toma, pero que no se puede catar"
Superado afortunadamente este viejuno refrán, en la actualidad eso de a "cala y cata" es algo del pasado, existiendo elementos visuales y táctiles que nos permiten discernir si la pieza que queremos adquirir está en su sazón o es un pepino mayúsculo.
En el caso de la variedad Piel de Sapo lo primero es su color, ni muy verde, signo de inmadurez, ni muy pardo, síntoma de exceso de madurez y probable avinado. La piel, con las características ya descritas, debe ser brillante y con ligeras tonalidades amarillas. Es propio también de la variedad presentar una amplia mancha de color amarillo-blanquecino, que se conoce como "cama", que es la zona de contacto del fruto durante su crecimiento y engorde con la tierra. La presencia de esta mancha es garantía de buena sazón del fruto.
Los melones de esta variedad tienen forma elíptica, como un balón de rugby. La presión ejercida suavemente en sus extremos también nos aporta información sobre el estado del fruto. Si a la presión la piel cede pero se mantiene firme es buena señal; si por el contrario se hunde, es síntoma de madurez avanzada. Más señales, la pieza debe ser compacta, con peso. Unos ligeros toquecitos sobre la corteza nos aportan igualmente información. Si el sonido que provocan es a tambor, quiere decir que el melón está hueco por dentro, le falta relleno. Dentro de esta variedad hay tipos de melón que presentan la piel escriturada, no siendo esto motivo de descarte de la fruta.
Características organolépticas y fisicoquímicas
En un buen melón los consumidores apreciamos sobretodo el contenido de azúcares naturales que se miden en grados brix y que deben estar comprendidos entre 14º y 15º. Los melones con estos índices, por lo general, son dulces, jugosos, con un contenido equilibrado en fibra y carne crujiente.
El melón es una fruta rica en potasio, fósforo y sodio, conteniendo también cantidades menores de calcio e hierro. La presencia de vitaminas B3 y B5 es igualmente significativa.
Beneficios para la salud
Dado su alto contenido en agua (+ 90%) es muy indicado para saciar la sed y estar bien hidratado en época de calor. Su consumo está indicado en todas las edades por los beneficios que aporta, neutralizando la acidez, es laxante y diurético, siendo quizás esta última característica la más relevante, ya que su consumo facilita en el organismo la eliminación de toxinas.
Receta
Batido de melón, manzana y kiwi
Ingredientes:
  • La carne de dos rajas/tajadas de melón
  • Una manzana verde
  • Un kiwi
  • Una cucharada sopera de zumo de limón
  • 200 cc de agua
  • Miel al gusto para endulzar si es preciso


Superficie y producción de melón en España. 2017.

En 2017 se sembraron en España alrededor de 20.000 hectáreas y se obtuvo una cosecha de más de 600.000 toneladas. Más de un tercio de esa superficie y producción es aportada por Castilla-La Mancha que es la primera región productora de melón del país, y de ello, casi un 30% por la provincia de Ciudad Real. Destacan en ella por implantación de cultivo, entre otros, los términos de Alcázar de San Juan, Manzanares, Daimiel, Campo de Criptana, Argamasilla de Alba, Tomelloso, todos pertenecientes a la zona amparada por la Indicación Geográfica Melón de La Mancha.

martes, 2 de enero de 2018

Me gusta el foro






Me gusta la capital. Parece mentira que haga esta afirmación,  cuando treinta y cinco años atrás, puse tierra y mar de por medio. Durante mucho tiempo no quise saber nada del foro, y ahora por circunstancias de la vida, vuelvo a andar por ella, y vuelvo a cogerle ese gustillo que me entró por los huesos la primera vez, en otoño del año 1971. Aquel año, el que huía no era yo, aunque de alguna forma sí, ya que forzado, acompañaba a mi padre, que también había salido en estampida del lugar donde vivíamos.

Cuando más de tres décadas atrás deserté, emulando los pasos de mi padre que antes lo había hecho, la máxima que seguíamos era el repudio a la ciudad que nos daba cobijo, pero donde ya no se podía vivir, por su maltrato y asfixia. Había que recuperar las raíces, volver al campo. Esa era la teoría, la pura entelequia que muchos emprendidos en aquellos años, y en la que hubo distintas suertes. Muchos quedaron en el empeño, otros fracasaron, y los que como yo aguantamos estoicos renunciando a un modo de vida, ahora miramos atrás nostálgicos, con una mezcla de equívoco y falsa reafirmación.

Las calles de esta gran urbe están llenas de vida, de actividad, de ajetreo continuo. Siempre que vuelvo sorprende esta vitalidad, que a pocos kilómetros, nos más de cien, algo más allá del extrarradio no existe, se extinguió, o más bien nunca fue porque no se necesitó.

En la perspectiva del paso de los años, las diferencias que siempre hubo entre la urbe y el campo, cada vez son mayores y brutales. Cien años han pasado del camino polvoriento, que salvando la vaguada del Guadarrama, conducía a Navalcarnero y era transitado por diligencias, que relataba Arturo Barea en su trilogía. Hoy esa ruta, antes camino de bestias, es una riada continua, noche y día, de vehículos, una arteria que mantiene, junto a otras, el pulso de la metrópoli.

Hoy, la mañana de Madrid lucía fría y luminosa, vista desde las afueras, desde la llamada sarcásticamente la Moraleja del Sur, se mostraba hundida en un manto espeso de contaminación, ese que en años secos y con temperaturas por encima de lo normal, se mantiene permanente durante semanas y va tornándose con el paso de los días en una amenazadora nube gris dañina.